El Fondo Monetario Internacional (FMI) se mostró a favor de que la Unión Europea explore la creación de un euro digital para “no quedarse atrás” con respecto a otras potencias y le pidió que sea “cauta y cuidadosa” a la hora de desarrollarlo.
“La realidad es que la UE no puede quedarse fuera de lo que está ocurriendo en el resto del mundo. Es bueno que se esté embarcando en este viaje”, dijo la directora gerente del fondo FMI, Kristalina Georgieva.
En el encuentro previo se abordó la posible creación de un euro digital como medio de pago complementario al efectivo, una opción que estudia desde 2021 el Banco Central Europeo, en vísperas de que la Comisión Europea presente a finales de mes una propuesta para establecer el marco legislativo que sería necesario si finalmente la UE se decide a ponerlo en marcha.
La importancia del euro digital
En este sentido, Georgieva subrayó que “es muy importante que la UE sea muy cauta y cuidadosa en como se avanzará en el desarrollo del euro digital”.
Valoró que “se está prestando mucha atención a esto” y que el calendario que ha planteado la UE permite un diálogo con los bancos para “asegurar que no hay perturbaciones en el modo en que los bancos contribuyen al crecimiento y el bienestar de Europa”.
“Nuestra sensación es que se está tomando un enfoque muy deliberado y cuidadoso”, dijo.
La directora gerente del FMI subrayó que hoy en día más de 155 países están en diferentes fases del desarrollo de divisas digitales respaldadas por bancos centrales y que algunos han conseguido avances “bastante importantes”, como Bahamas, el “primero en cruzar la línea de meta” con su “sand dollar”.
El ejemplo de otros países
Pero “lo más interesante”, consideró, es cuán lejos ha llegado el desarrollo del yuan digital por parte de China, con un proyecto piloto que “cubre a 188 millones de participantes”.
“La UE hace lo correcto no quedándose atrás en estos desarrollos”, dijo.
El BCE concluirá en otoño la fase de investigación sobre el euro digital que comenzó en 2021 y en octubre decidirá si procede a desarrollarlo, aunque la decisión de sin finalmente se pone en circulación llegará más adelante siempre y cuando haya apoyo político de los Estados miembros.
Algunas de las cuestiones que se han abordado son qué uso podrá darse al euro digital, qué salvaguardas habrá para la privacidad, la estabilidad y la inclusión financiera, cómo funcionaría en la práctica desde el punto de vista tecnológico, quién lo distribuiría, como se les compensaría por ello y quien pagaría los costes asociados a la divisa.
Con el fin de estar preparados por si finalmente ve la luz, la Comisión presentará este mes la propuesta que dé una base jurídica para el euro digital.
CON INFORMACIÓN DE: Agencia EFE.
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